lunes, 10 de febrero de 2014

Rouen at night

 



 

 

 

Recuerda que también la ciudad se anochece a sí misma, queda en suspenso; una niebla cubre las cosas, es el hueco que dejan los trazos cuando la ciudad se angosta en un mapa. Sólo norte y sur pueden acompañarte. Acuérdate que también la noche se acaba, igual que tus itinerarios, tus estancias en el paraíso quedaron fijas en un punto del plano. Seguirán aunque ya no camines: también la ciudad oscurece. Los ritmos se desvanecen pero pueden repetirse incesantes en tu mente, los puedes llenar y vaciar. No te separes de ellos, aunque se hayan ido con el día. Puedes guardarlos en tus rincones para que rueden de nuevo en las grietas, en los desagües, en la circunferencia de lo que fue aquella ciudad de ritmos circulares.

Silvia Eugenia Castillero

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