Seguimos con la ruta por Marruecos y después de Zagora rumbo a Merzouga, llegada a las dunas del gran desierto del Sahara... Una experiencia irrepetible en todos los sentidos.
Espectular el atardecer y sorprendente el amanecer con tanto ajetreo de gente despierta moviéndose por el desierto, algunos, como yo, caminando en busca del sitio en una duna para sentarse y esperar a que saliera el sol.